jueves, mayo 31, 2007

Tiempo y Suerte

¿Será que de verdad sólo es cuestión de tiempo para que algunas cosas ocurran o simplemente cesen en nuestras vidas?
A veces, cuando todo está mal y no encontramos la solución, pensamos que “con el tiempo” las cosas mejorarán. El tiempo me hará olvidar, el tiempo me hará pensar en algo más, el tiempo hará mutar las cosas. Precisamente, eso es lo hace. Transforma. Aunque en realidad, eso es una mera consecuencia del paso del amigo tiempo. De la vida misma. Se suceden los momentos y vamos agregándole un granito de arena a la convicción de que “nada es para siempre.”
Suena un poco negativo a veces, pensar que nada perdura con el paso del tiempo. A veces pareciera que quisiera decirnos que tarde o temprano la fortuna va a cambiar, ¿para mal nuestro? Bueno, debo entonces referirme al autor de “El Príncipe”, el genial Maquiavelo. El decía, entre otras cosas grandiosas, que en la vida estamos manejados 50% por la virtud y 50% por la fortuna. Claro, es un poco imposible manejar algo tan azaroso como lo es la suerte. Pero también es algo certero, y algo que le aconsejó al Príncipe, que se puede controlar las consecuencias de esta fortuna tan impredecible si proyectábamos y éramos precavidos y previsores.
Quizás siempre haya transformaciones en nuestras vidas y nada sea para siempre. Pero podemos vencer al tiempo si logramos organizar nuestras acciones y ver al futuro, proyectando y viendo que podemos jugar un poco con la suerte y ponerla a nuestro favor.

Me fui un poco del camino. Pero quisiera decir que hay cosas que puede ser que a través del tiempo se disuelvan entre los recuerdos y queden perdidos por la mente. De ser algo imprescindible para nosotros, pasa a ser sólo un pedazo de nuestra vida que no quisimos guardar en ninguna caja olvidada, sino que permanezca, aunque sea en la oscuridad de la mente.
¿Será algo malo eso? O será nomás que buscamos...que esperamos que esos recuerdos, esas memorias algún día se cuelen por entre nuestras mentes, se esfuercen por encender otra vez ese interés, ese ALGO que no sabemos ni cómo se llama que hace que no podamos olvidar. Que no queramos olvidar.

Será esperanza. Lo último que se pierde cuando uno pone el corazón en lo que hace. La esperanza de los que se juegan y que cada día siempre me larga una sonrisa, sobre todo cuando siento que mostrar un poquito del alma en lo que uno hace sólo demuestra que ser tenaz, tarde o temprano, vale. Vale oro. Oro y todo lo que se ponga del corazón.

Sí, se desvió el texto un poco, pero fue algo como un poco de expresión de ideas intentando conectarlas un poco aunque sea.